jueves, 16 de octubre de 2008

una carta para

"Esto es y va a ser siempre nada más que un borrador. Un intento de juntar todas las palabras que quiero pero no puedo decir; una exageración de todo lo que me está pasando. Además es para vos, que sos uno de mis destinatarios favoritos. Vos que existís, pero a la vez no (no en mí, no te pongas paranoico).

Lindo tu mensaje de anoche. Creo que yo habría dicho lo mismo en palabras más dulces o te habría contestado ¿Y a la mañana te pasa lo mismo? hoy a eso de las siete de la mañana mientras llegaba tarde. Pero me contuve; algo me dijo no mejor no, que para qué molestar a la gente desde tan temprano, hoy que estaba tan lindo para dormir hasta las diez y media, levantarse para tomar un café y volver a la cama. Algo que se llama movistar y Su saldo es de siete centavos y vence el. Bien convincente.

Hoy fue día de filosofar (qué palabra más horrible: fi lo so far) y de planear viajes para el verano del dos mil diez; de tomar decisiones para dentro de unas semanas cuando lo único que queda es levantar esas tres materias en las que insisten en desaprobarme. También fue día de leer y de sorpresas, y de algunas lagrimitas de pena por ser una hija de su madre con mi madre. Hace meses que había mandado a arreglar la reflex olvidada de mi tío. y sin decirme absolutamente ninguna palabra junto el dinero para poder pagarme el arreglo. Sé que en estos días esa plata le duele y para peor, sé que me porté como lo más bajo que existe entre los modelos adolescentes de hoy en día con respecto a ella. Me negó el primer abrazo (ya al segundo cedió un poco) porque ella sabe que no me meresco esto, pero que lo hace de todas maneras. Y duele. Incluso un poco más que cuando noto tu falta, así que imaginate. No es la cámara, es el hecho de que me proporcione los medios: ella nunca quiso que yo al final eligiera seguir con fotografía el próximo año. Todavía creo que no caigo en que esta Pentax es mía y que de ahora en más no tengo por qué seguir con la pobre Yashica de visor directo.

Sabés? Es increible esto del momento decisivo. Te damos milisegundos para que disfrutes de una imagen, de una vivencia; sentila, tocala, hacé lo que quieras porque no se va a volver a repetir. Realmente no puedo lidiar con eso, con los hasta nunca jamaces que están por todos lados al fin y al cabo; Cartier Bresson. Es que siempre es así, tanto escribir cartas en mi cabeza antes de irme a dormir, en el colectivo, en la clase de inglés; palabras que me guardo en la panza, planeando así qué es exactamente lo que voy a hacer para que en el momento de la acción las cosas queden toscas y estúpidas. Supongo que a todos nos pasa. Espero que a todos nos pase.

Ahora dale, contame vos cómo estás, traeme las novedades. Leé Cambio de luces (sólo porque yo lo digo y porque es un cuento precioso y en ciertas partes aparece un personaje que se llama igual que yo que es por mucho lo contrario a mí) y El río. Mandame un fuerte abrazo, de esos que extraño. Y odiame un poquito por lo mucho que no nos odiamos, en honor de haberme mandado la cagada de escribirte esto (...) "

No hay comentarios: