lunes, 15 de septiembre de 2008

sol

Si alguna vez volvés a escribirme cartas mentales, procuremos que sean enviadas, al menos leídas, al menos puestas en papel o en espacios virtuales. Hagamos que nuestros collages de coqueterías y muestras de cariño tengan algún sentido, viajá en colectivo acordandote de cómo caía mi pelo sobre el pasto y de paso reíte solo de cualquier tipo de picardía que pudimos vivir. No me tengas como un recuerdo, si tu objetivo hoy es ser el primero en darme un beso al despertar prometo que nunca voy a dejar que nos acostumbremos.

No hay comentarios: