miércoles, 12 de agosto de 2009

ciento diecisiete

Nos delata el equipaje y la duda al caminar ... así fue, cómo se extraña. No sé que me pasó cuando bajamos de ese micro. Mil cosas por la cabeza, faltaron más abrazos, faltó un 'chau' a la familia pasajera que creamos en estos últimos diez días. No sé si quedó lugar para otra cosa que no fuera nerviosismo y somnolencia, una sensación de no saber muy bien dónde estabamos parados, hola camille te extrañé, chicos ya llegamos, ya se terminó el sueño, interlaken interlaken qué amargado se te ve, se te va toda la promo y no lo podés creer ¿era así? El hotel sí lo podía creer, los que no, eramos nosotros. Faltan 4 meses y no nos sobra tiempo para dejar de recordarnos cuan importantes somos ¿cuántas veces nos olvidamos de eso? Fin.
Experiencias: llegar. En el micro no habíamos dormido ni una hora (al menos yo no pude) y habíamos cruzado pocas palabras con los coordinadores en una primera instancia, apenas algo con Martín mientras Pepe servía algo de comer y nosotros cantabamos las canciones de la promoción con esa emoción de los que recién se van y todo es nuevo, la carretera, ("la calle tiene lineas punteadas porque está formando una canción, que en realidad es vamos de paseo pin pin pin en un auto feo pin pin pin") ya empezar a no dormir (más bien, a hacerme la dormida) y escucharlos contar historias de terror para vencer el cansancio, las primeras montañas (¡chicos, a su derecha pueden ver la cabeza de un dalmata tomando mate con Fernando Peña! uno no veía ni entendía nada, pero por si las dudas sacaba la foto), llegar, el bollito de la gor al baño, arrastrar el bolso, el hotel, arrastren las valijas chicos, vamos. De ahi ya empezó toda una semana de descontrol entre tequilas escondidos, ojeras y mal humor; morir de la risa a las 8 de la mañana para levantarnos a las 9, reventarnos caminando, mojando, cantando. Empezamos siendo distintas divisiones que nada más habían tenido que irse juntos para ser un gran -un tremendo - grupo que se había olvidado de quién era de cada grado y que lo único que quería era pasarla bien a toda hora y en todo lugar. Estabamos (estamos) terribles. Falta contar tantas cosas. Cómo te extraño, bariloche.

No hay comentarios: